viernes, 23 de noviembre de 2007

A N - N A F I '

Allah es el creador del bien.
Allah ha creado al hombre como lo mejor de Su creación y le ha conferido dones que le hacen único y superior al resto de ella. Los mejores dones que El ha dado al ser humano son el intelecto, la consciencia, y la fé. Estos son los medios por los cuales El nos enseñó a discriminar y elegir para nosotros mismos lo mejor de Su creación. El hombre es también único en que él posee una voluntad, la única en el universo con excepción de Allah. Su pequeña voluntad puede ser solamente controlada por la más grande de Allah. Esta limitación significa que no somos dejados libres ni y abandonados a nosotros mismos.
Allah ha dado libertad solamente al hombre para ver si él se somete a la voluntad de Allah, ser el mejor de la creación, gobernar en Su nombre y poseer lo mejor del universo, o si él se rebelará, causará su propia caída, y será rechazado de la misericordia de Allah, como lo fué el Diablo. La capacidad humana de elegir entre el bien y el mal, no es una prueba para que Allah vea como se comportará Su servidor. Allah creó nuestros destinos antes que El nos diera la vida; por lo tanto, El sabe.
La misericordia de Allah nos llueve continuamente, como lo hace todo cuanto de bueno El ha creado. Nuestra voluntad no puede traernos nada que esté destinado a alguien más, ni logra impedir que algo que forma parte de nuestro destino se cumpla. Tampoco somos capaces de escoger, porque a menudo aquello que elegimos se desliza de nuestras manos, y lo que no deseábamos nos ocurre. Aún si tenemos lo que ambicionamos, nos habría llegado de cualquier manera.
Cuando el hombre mira al universo, lo que él percibe, es la voluntad de Allah, aquello `con lo cual' él ve, es la voluntad de Allah, lo que él comprende de cuanto registra, es el designio de Allah, lo que él aparentemente ha elegido, es el deseo de Allah. Su pequeña voluntad consiste en ser capaz de abrir sus ojos para recibir todo el bien que Allah ha planeado para él, o cerrar sus ojos y no obtener nada. Es como si los tesoros de Allah se estuviesen volcando continuamente, como una lluvia bendecida. Tenemos que ser atenntos para recibirla. Si no estamos allí, será desperdiciada. Para ser estar presentes, tenemos que expandir nuestros ojos, mentes, corazones, y manos. Hemos de estar prestos, despiertos, conscientes. Así es como captamos y adquirimos los bienes que Allah ha creado.
" 'Abd an-Nafi'" es el que ve y recibe el bien que Allah ha creado y está encargado de distribuir las generosidades de Allah -las más grandes de las cuales son el conocimiento y la fé- a los que son merecedores de lograrlas. El es como Khidr, y sigue su sendero y ejemplo.

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