viernes, 23 de noviembre de 2007

A L - H A Y Y

Allah es aquél cuya vida es perfección y eternidad.
Aquello que está vivo toma conocimiento y es activo. Allah es conocedor de todo y todas las acciones son Suyas. Todo lo que se sabe y será sabido está dentro de Su conocimiento; toda existencia está comprendida siempre dentro de Su acción.
Con la sola excepción de Allah, la vida de todo lo existente se mantiene en los límites de acción y de realización de cada ser. Esas
realización y actividad son los signos de la vida y cuando terminan, esta se acaba. El valor de cada existencia está dictaminado por la extensión del conocimiento y la actividad del ser. Allah El Más Elevado ha otorgado a Su Creación vidas de diferentes grados y clases. El valor de un ser creado está de acuerdo con el grado de los signos de vida en él.
Una planta, que está viva, es más valiosa que la tierra o la piedra. Las plantas nacen, comen, beben, crecen, se propagan, y mueren. También poseen conocimiento, el que les permite diferenciar lo que es beneficioso de lo que es dañino para ellas. Igualmente son activas. Buscan y encuentran lo que necesitan para su crecimiento y propagación en el aire, en el agua, y en las profundidades de la tierra. Absorben aquello que precisan, lo digieren y lo transforman en alimento, frutos, remedios, y los miles de cosas que son beneficiosas para formas de vida más altas que la suya. Sin embargo la existencia de estas, escapa a su conocimiento.
La vida en el animal es más elevada, porque ve, escucha y se mueve. La vida de la vegetación es inferior a la vida del animal; es por ello que el animal es el amo de la vegetación. Camina sobre ella, pasta y la come. Existe vida más alta que la del animal. El Creador ha honrado al hombre con esa superioridad.
La vida del hombre contiene todas las cualidades de la vida del vegetal y del animal, solo que de manera perfeccionada. Por añadidura, el hombre posee el intelecto, con el que ha sido honrado. Con él analiza, compara, extrae conclusiones, imagina el fin desde el comienzo, y toma acción de acuerdo. El hombre sabe y actúa de acuerdo a ese conocimiento; por ello él es el amo de este mundo. Los signos más elementales de la vida son el nacimiento, el comer y beber, el respirar, el crecimiento y la propagación. El signo más elevado de la forma de vida superior es el saber y el actuar de acuerdo con ese conocimiento.
Los hombres difieren también en cuanto al grado de sus cualidades de vida, las que son decretadas por los alcances de su saber y de su acción. El grado más bajo de sapiencia en el hombre es la consciencia y el conocimiento de sí mismo. Aquél que no se conoce a sí mismo y que no es consciente de su existencia, es como si estuviera muerto. Las palabras de los inconscientes hombres muertos están muertas, y son mortales; escape de ellas con premura. Dentro del sagrado nombre `Hayy' pronunciado por hombres de `ma'rifah' a quienes se ha dado acceso al misterio del Uno Siempre-Viviente, existe la vida. Escúchela de sus bocas y permita que penetre a su alma, para que usted también pueda alcanzar la vida.
" 'Abd al-Hayy" es aquél en quien Allah ha dado muerte a los mundanos deseos de su carne, otorgándole así la vida eterna del conocimiento de sí mismo.

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