viernes, 23 de noviembre de 2007

A L - M U ' I Z Z , A L - M U D H I L L

El es el que honra y el que humilla.
En honor y en humillación existe la implicancia de elevación y de caída. Aquél que posee honor ha recibido un estado de orgullo y dignidad (“`'izzah'”). Pero esta condición de orgullo y dignidad obtenida desde Allah, El que Honra, es muy diferente del orgullo que el hombre imagina que merece (“`kibr”'). El orgullo y dignidad de quien es honrado por Allah no es orgullo de sí mismo, sino respeto rendido al honor que ha recibido, y a Aquél que lo ha otorgado.
En verdad, él es aún un ser humano. El necesita comer y beber - y lo hace legítimamente, y en buena medida. Es que Allah, como porción del honor que El le ha otorgado, le ha dado la sabiduría y la alegría de obtener las necesidades y los gozos de este mundo con Su buen placer .
Esa clase de servidor de Allah no se desviar del permiso y la complacencia de Allah ni siquiera si ello trae aparejada para él, la muerte, porque dentro del don del Honrador al honrado hay una salvaguarda contra el envilecimiento del divino don.
No obstante, el honor que uno atribuye a sí mismo o que es asignado a uno por otras criaturas de Allah, es una maldición que distorsiona nuestra propia realidad, haciendo que uno imagine encontrarse en otro nivel diferente del que tiene. El conocimiento de uno mismo conduce a uno a su Señor. Pero imaginarse que uno mismo es otro diferente de nuestro ser real, conduce al Diablo. Su rasgo distintivo es la arrogancia, la causa de su expulsión de la presencia de Allah. Ese fué el primer acto de Allah en Su manifestación del Humillador.
Luego se encuentran aquellos que no poseen ni la dignidad y el honor otorgados por Allah ni el falso orgullo que ellos mismos construyen, sino que son indignos, desvergonzados y degradados. Sus corazones están ardiendo con la ambición de este mundo. De ellos no proviene nada bueno para cosa alguna, o para nadie, porque son egoístas y avaros. No tiene límite el grado de humillación al que se arrastrarán para mendigar los bienes de este mundo. Al endiosar las manos temporales que les arrojan huesos, están atribuyendo iguales a Allah y por ello son culpables de “shirk”.
Aquél que pide y espera de Allah únicamente, sabe que todo honor es Suyo y que solamente puede provenir de El. Aquellos que piensan ser los modeladores de sus propios destinos y que creen obtener lo que desean por sí mismos, que buscan los elogios de las criaturas y son arrogantes - estos son los seguidores del Diablo. Ellos recibirán el castigo del Diablo, y serán expulsados de la presencia y la protección de Allah.
Los que se rebajan a sí mismos y adoran criaturas, esperando recibir de ellas algo bueno, serán aún más humillados por Allah, y tiranizados por esos seres a los que ellos toman por sus dioses temporales.
" 'Abd al-Mu`izz" es honrado con la amistad de Allah, elevándose así a la cumbre más alta del honor y de la fortuna, y presentándose así a la creación entera.
" 'Abd al-Mudhill" es aquél quien es hecho un ejemplo de degradación. A menudo Allah manifiesta Su atributo de humillador en Sus enemigos.

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