Allah es el creador de la muerte.
Todos quienes estamos vivos, con seguridad, moriremos. La muerte puede llegar en cualquier momento. Allah el Más Elevado ha destinado un tiempo para que cada ser venga a la existencia, y un tiempo para abandonarla.
El hombre está hecho de una combinación de la carne y del alma. La carne es visible; el alma está oculta. El cuerpo es temporal; el alma es eterna. Así pues hay dos vidas en el hombre, la temporal y la eterna. La vida del ser material comienza con la concepción y finaliza en la muerte, cuando el alma abandona el cuerpo. No obstante que el alma continúa su existencia sin el cuerpo, no tiene sensibilidad física ni movimiento, como si estuviese inmovilizada. Así como quien está totalmente imposibilitado conoce su condición, el muerto percibe su estado. La muerte es como una parálisis total, afectando el corazón, la mente, los nervios, la circulación - todo. En vida, el cuerpo está bajo las órdenes del alma. En la muerte, esta es como un rey que ha perdido su reino. En vida, el alma es como un mercader que compra y vende, gana y pierde. En la muerte es como un negociante que ha quebrado en sus negocios; ya no puede obtener más ganancias. Es abandonado con lo que pudiese haber ganado, o perdido, sus deudas. En su sepulcro, él espera -ya fuere en bancarrota, hambriento, con frío, con dolor, o en abundancia, con alegría y paz- hasta el Día del Juicio Final.
El creyente no teme la muerte, se prepara para ella. La Muerte es la Voluntad de Allah. Ya sea que usted afirme que todo está aquí y que no existe nada después de esto, o que crea que cada día tiene un mañana y que este mundo tiene un Más Allá, usted se alejará, más pronto o más tarde de aquí. Si su búsqueda es ir solo tras los placeres mundanos, cuando esta su vida acabe, su felicidad terminar. Todos sus trabajos, planes, y esperanzas, habrán concluído. Pero si usted prospera en este mundo perfeccionando su fé, adquiriendo sabiduría, recogiendo sus frutos y preparándose para el Más Allá, cuando esta vida demasiado corta se interrumpa, habrá llegado a la eterna beatitud. En Su misericordia y generosidad, Allah confiere exactamente aquello que Sus servidores suplican, sin importar que tengan fe o les falte. Si su deseo es este mundo, lo recibirá. Si aspira a la vida eterna en el Más All , le será otorgada.
" 'Abd al-Mumit" es aquél en cuyo corazón la lujuria, el amor de este mundo y la negatividad, han sido muertos por Allah. Este corazón encontró así, la verdadera vida. Cuando en nuestro corazón han muerto las fuerzas negativas del ego, uno es iluminado con la divina luz. Ella también alumbra los que se encuentran alrededor nuestro. Una persona así, continúa viviendo, respirando el aire de una divina y eterna vida.
Todos quienes estamos vivos, con seguridad, moriremos. La muerte puede llegar en cualquier momento. Allah el Más Elevado ha destinado un tiempo para que cada ser venga a la existencia, y un tiempo para abandonarla.
El hombre está hecho de una combinación de la carne y del alma. La carne es visible; el alma está oculta. El cuerpo es temporal; el alma es eterna. Así pues hay dos vidas en el hombre, la temporal y la eterna. La vida del ser material comienza con la concepción y finaliza en la muerte, cuando el alma abandona el cuerpo. No obstante que el alma continúa su existencia sin el cuerpo, no tiene sensibilidad física ni movimiento, como si estuviese inmovilizada. Así como quien está totalmente imposibilitado conoce su condición, el muerto percibe su estado. La muerte es como una parálisis total, afectando el corazón, la mente, los nervios, la circulación - todo. En vida, el cuerpo está bajo las órdenes del alma. En la muerte, esta es como un rey que ha perdido su reino. En vida, el alma es como un mercader que compra y vende, gana y pierde. En la muerte es como un negociante que ha quebrado en sus negocios; ya no puede obtener más ganancias. Es abandonado con lo que pudiese haber ganado, o perdido, sus deudas. En su sepulcro, él espera -ya fuere en bancarrota, hambriento, con frío, con dolor, o en abundancia, con alegría y paz- hasta el Día del Juicio Final.
El creyente no teme la muerte, se prepara para ella. La Muerte es la Voluntad de Allah. Ya sea que usted afirme que todo está aquí y que no existe nada después de esto, o que crea que cada día tiene un mañana y que este mundo tiene un Más Allá, usted se alejará, más pronto o más tarde de aquí. Si su búsqueda es ir solo tras los placeres mundanos, cuando esta su vida acabe, su felicidad terminar. Todos sus trabajos, planes, y esperanzas, habrán concluído. Pero si usted prospera en este mundo perfeccionando su fé, adquiriendo sabiduría, recogiendo sus frutos y preparándose para el Más Allá, cuando esta vida demasiado corta se interrumpa, habrá llegado a la eterna beatitud. En Su misericordia y generosidad, Allah confiere exactamente aquello que Sus servidores suplican, sin importar que tengan fe o les falte. Si su deseo es este mundo, lo recibirá. Si aspira a la vida eterna en el Más All , le será otorgada.
" 'Abd al-Mumit" es aquél en cuyo corazón la lujuria, el amor de este mundo y la negatividad, han sido muertos por Allah. Este corazón encontró así, la verdadera vida. Cuando en nuestro corazón han muerto las fuerzas negativas del ego, uno es iluminado con la divina luz. Ella también alumbra los que se encuentran alrededor nuestro. Una persona así, continúa viviendo, respirando el aire de una divina y eterna vida.
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