Allah es el último y fiel administrador. El completa el trabajo que Le es dejado, sin abandonar nada incumplido.
Los hombres piensan que ellos son capaces de hacer, pero El es quien hace todo y no precisa que nadie realice cosas para El. El puede reemplazar todo en el universo, pero nada puede sustituirlo, ni puede sostenerse por sí mismo sin ser dependiente de El. Ni Sus mensajeros ni Sus profetas son Sus administradores. El únicamente manifiesta Sus mensajes y Su mandato a través de ellos. Son Sus servidores; El es el Señor y el Dueño de todo.
El hace mejor todo lo que es dejado a El, y sin embargo El no está sujeto a ninguna obligación. Nadie puede influenciar Su voluntad;
ningún poder puede forzar a El para realizar una cosa. El hace por usted aquello que es bueno para usted, y aquello que le complace a El.
¨Quién es aquél en quien puede confiar para realizar para usted, mejor que usted mismo? El administrador ha de saber mejor. El ha de ser más poderoso. El ha de ser confiable. El que entregue sus asuntos en manos de otro debe estar seguro de todo esto. También ha de tener confianza en la compasión, amor y lealtad del administrador para con él. ¨Quién entre los hombres es un abogado tal que lo represente y que trabaje para usted? Qué clase de pago está preparado a dar por los servicios de un administrador así? No hay hombres que sean administradores de este calibre. Cuando la gente hace cosas para otros, es solo una transacción comercial: se da y se toma. Allah, el Todo-Sapiente, el Todo-Poderoso, el Más Compasivo, es el único en quien Sus servidores pueden confiar.
En todo aquello que pretendemos llevar a cabo, en nuestros negocios, para el mantenimiento de nuestra salud, para nuestra familia, para nuestros hijos, buscamos un progreso, calculamos, tomamos precauciones, consultamos contadores, médicos, abogados; sin embargo a diario surgen toda clase de imprevistos, obstáculos, oposiciones, y problemas. El servidor sincero ejecuta todo lo mejor que puede, inclusive para otros, no sólo para él. Luego, deja librados los resultados a Allah, para que El, en Su liberalidad, se los brinde. Y suplica a `al-Wakil', cuya mano controla su vida, para que realice aquello que sea bueno para él, ya que él mismo admite ignorarlo. Este es el significado de `tawakkul' , el confiar en Allah. Aquél que posee esta absoluta confianza en el último y fiel Administrador, es propietario de un tesoro mayor que la fortuna más grande en este mundo, porque aún en caso de la total pérdida de sus esfuerzos, él no cae en la desesperación; él está en paz. Si esa paz no existiese, ningún beneficio mundano, ningún tesoro material le aportaría felicidad.
Las dificultades que impiden o destruyen esa paz de la mente son las ambiciones desmedidas, la codicia, la competitividad, los temores, y la imginación. Ninguna cantidad de dinero, ni de seguridad, puede insuflar alivio a la opresión de los corazónes afligidos por estas enfermedades.
`Tawakkul', la confianza en Allah, no significa el ignorar los motivos de las cosas que ocurren. El sentarse y no cuidarse de las causas y sus efectos es pereza. La confianza en Allah es una obligación en el Islam, y la desidia es un pecado. Allah ha revelado a Sus servidores las causas y las soluciones de lo que suceder .
De hecho, El ha dispuesto que la comprensión de esas causas y soluciones sea una condición para que estas cosas ocurran. Para que una cosas sea creada, para que una necesidad sea satisfecha, una razón, una causa, ha de aparecer. Esta es la ley y la orden de Allah, llamada `hikmat al-tasbib', razón causal. El ignorar lo que está a nuestro alcance equivale a arrojarse a las fauces del dragón de la ignorancia, enfermedad y pobreza, lo que está prohibido y constituye un pecado de acuerdo al Islam.
Así pues, con plena comprensión de las causas, uno ha de orientar sus esfuerzos hacia aquello que desea, sabiendo que toda nuestra labor no es sino un plegaria activa, un deseo de la ayuda de Allah. En verdad, esta oración dinámica se convierte en una prueba de su confianza en Allah en cuanto al resultado, y nada más. El que obra así, no cuenta con sus esfuerzos sino que se apoya en Allah el Benefactor quien dice, "Pide y Yo te daré."
" 'Abd al-Wakil " es el servidor que se convierte en receptor del atributo de `al-Wakil'. El evoluciona, desde una condición en la que ve la mano de Allah en las causas y motivos de las cosas, hasta un estado en el que todo ello desaparece. El coloca su vida enteramente en las manos del Administrador final, y a su vez se torna un servidor Suyo totalmente digno de crédito. Como consecuencia la confianza de Allah se deposita, y se manifiesta en él.
Los hombres piensan que ellos son capaces de hacer, pero El es quien hace todo y no precisa que nadie realice cosas para El. El puede reemplazar todo en el universo, pero nada puede sustituirlo, ni puede sostenerse por sí mismo sin ser dependiente de El. Ni Sus mensajeros ni Sus profetas son Sus administradores. El únicamente manifiesta Sus mensajes y Su mandato a través de ellos. Son Sus servidores; El es el Señor y el Dueño de todo.
El hace mejor todo lo que es dejado a El, y sin embargo El no está sujeto a ninguna obligación. Nadie puede influenciar Su voluntad;
ningún poder puede forzar a El para realizar una cosa. El hace por usted aquello que es bueno para usted, y aquello que le complace a El.
¨Quién es aquél en quien puede confiar para realizar para usted, mejor que usted mismo? El administrador ha de saber mejor. El ha de ser más poderoso. El ha de ser confiable. El que entregue sus asuntos en manos de otro debe estar seguro de todo esto. También ha de tener confianza en la compasión, amor y lealtad del administrador para con él. ¨Quién entre los hombres es un abogado tal que lo represente y que trabaje para usted? Qué clase de pago está preparado a dar por los servicios de un administrador así? No hay hombres que sean administradores de este calibre. Cuando la gente hace cosas para otros, es solo una transacción comercial: se da y se toma. Allah, el Todo-Sapiente, el Todo-Poderoso, el Más Compasivo, es el único en quien Sus servidores pueden confiar.
En todo aquello que pretendemos llevar a cabo, en nuestros negocios, para el mantenimiento de nuestra salud, para nuestra familia, para nuestros hijos, buscamos un progreso, calculamos, tomamos precauciones, consultamos contadores, médicos, abogados; sin embargo a diario surgen toda clase de imprevistos, obstáculos, oposiciones, y problemas. El servidor sincero ejecuta todo lo mejor que puede, inclusive para otros, no sólo para él. Luego, deja librados los resultados a Allah, para que El, en Su liberalidad, se los brinde. Y suplica a `al-Wakil', cuya mano controla su vida, para que realice aquello que sea bueno para él, ya que él mismo admite ignorarlo. Este es el significado de `tawakkul' , el confiar en Allah. Aquél que posee esta absoluta confianza en el último y fiel Administrador, es propietario de un tesoro mayor que la fortuna más grande en este mundo, porque aún en caso de la total pérdida de sus esfuerzos, él no cae en la desesperación; él está en paz. Si esa paz no existiese, ningún beneficio mundano, ningún tesoro material le aportaría felicidad.
Las dificultades que impiden o destruyen esa paz de la mente son las ambiciones desmedidas, la codicia, la competitividad, los temores, y la imginación. Ninguna cantidad de dinero, ni de seguridad, puede insuflar alivio a la opresión de los corazónes afligidos por estas enfermedades.
`Tawakkul', la confianza en Allah, no significa el ignorar los motivos de las cosas que ocurren. El sentarse y no cuidarse de las causas y sus efectos es pereza. La confianza en Allah es una obligación en el Islam, y la desidia es un pecado. Allah ha revelado a Sus servidores las causas y las soluciones de lo que suceder .
De hecho, El ha dispuesto que la comprensión de esas causas y soluciones sea una condición para que estas cosas ocurran. Para que una cosas sea creada, para que una necesidad sea satisfecha, una razón, una causa, ha de aparecer. Esta es la ley y la orden de Allah, llamada `hikmat al-tasbib', razón causal. El ignorar lo que está a nuestro alcance equivale a arrojarse a las fauces del dragón de la ignorancia, enfermedad y pobreza, lo que está prohibido y constituye un pecado de acuerdo al Islam.
Así pues, con plena comprensión de las causas, uno ha de orientar sus esfuerzos hacia aquello que desea, sabiendo que toda nuestra labor no es sino un plegaria activa, un deseo de la ayuda de Allah. En verdad, esta oración dinámica se convierte en una prueba de su confianza en Allah en cuanto al resultado, y nada más. El que obra así, no cuenta con sus esfuerzos sino que se apoya en Allah el Benefactor quien dice, "Pide y Yo te daré."
" 'Abd al-Wakil " es el servidor que se convierte en receptor del atributo de `al-Wakil'. El evoluciona, desde una condición en la que ve la mano de Allah en las causas y motivos de las cosas, hasta un estado en el que todo ello desaparece. El coloca su vida enteramente en las manos del Administrador final, y a su vez se torna un servidor Suyo totalmente digno de crédito. Como consecuencia la confianza de Allah se deposita, y se manifiesta en él.
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