Allah es el Enriquecedor.
Allah hace rico a quienquiera que El desea, y a quienquiera que es Su voluntad, lo torna pobre. Luego El puede disponer que el rico se haga pobre, y que el pobre enriquezca. Unos disfrutan en sus riquezas y otros sufren en su pobreza. Muchos se vuelven vanidosos en sus riquezas, algunos se tornan vacilantes y reclaman injusta su pobreza. Nosotros lo ignoramos, pero solamente El sabe qué es lo bueno para nosotros. Uno ha de considerar que la pobreza y las riquezas, así como otros aspectos de nuestras vidas no son sino una prueba de toque, que indica nuestro grado de pureza. Uno ve en algunos fidelidad, confianza, y sumisión, en otros, objeciones y rebelión.
Esta vida es un terreno de pruebas. Cada uno de nosotros viene aquí para mostrar su verdadero valer. Nuestra cuenta bancaria no mide quienes somos ni qué somos. Hay riquezas más grandes que todas las fortunas de este mundo; las últimas pueden ser gastadas, perdidas, arrebatadas por otros, y serán ciertamente dejadas atrás cuando nos encontremos con nuestro Señor. Pero las verdaderas riquezas son el conocimiento y la fé, los que no disminuyen al gastarlos, ni se devalúan con el paso del tiempo. Ellos son nuestros compañeros en el sepulcro y en el Más Allá. El propósito de nuestras vidas es pasar este examen.
Allah prueba a algunos con las riquezas y a otros con la pobreza. Lo importante es la sumisión a la voluntad de Allah. Las riquezas de este mundo tientan a uno a rebelarse y a ser arrogante. La pobreza lo empuja a uno a dudar y a quejarse. Es arduo para el rico ser humilde, mientras que el pobre lo es. Es difícil para el pobre la aceptación y el ser generoso, pero le es accesible ser devoto.
El Profeta (Que la Paz y las Bendiciones de Allah sean con él), dijo, "Mi pobreza es mi orgullo". La prueba no es una simple examen.
No es suficiente que el rico sea humilde para pasarla, ni que el pobre confíe en Allah y acepte su condición. El rico ha de saber ser agradecido y considerar que sus riquezas no le son propias, mostrando su gratitud mediante su generosidad. Los pobres han de trabajar duro para mejorar su situación, y no obstante sus esfuerzos, admitir su penuria. Este es el verdadero significado de la confianza en Allah, quien dice, "Yo no cambiaré‚ la suerte de quienes no la modifican ellos mismos."
Los pobres que aceptan su condición, que están contentos con lo que poseen, que no son envidiosos, son ricos. Los ricos que son míseros, ambiciosos, que desean más, son pobres. El paciente está destinado al Paraíso, e igualmente el rico agradecido y generoso.
En cierta oportunidad un devoto puro preguntó a un hombre con conocimiento cuál debía ser la actitud de aquél a quien Allah hubiera conferido riquezas y la de uno al que Allah le hubiese dado la pobreza. El sabio dijo que el rico debía mostrar su agradecimiento y que el pobre debería ser paciente. El creyente puro replicó que los perros en su aldea se comportaban de esa forma! El sabio, molesto, le preguntó entonces, qué pensaba él que habrían de hacer. El creyente puro contestó, "El pobre debe ser agradecido, y el rico debe donar todas sus riquezas."
" 'Abd al-Mughni" es el servidor de Allah que ha sido hecho totalmente rico, tanto materialmente como espiritualmente, de modo que se convierte en un instrumento de la satisfacción de las necesidades de los indigentes. El también se proyecta como un ejemplo para que otras gentes ricas hagan lo mismo. El se transforma en un medio de distribuír las riquezas de este mundo y del Más Allá , para los elegidos de Allah.
Allah hace rico a quienquiera que El desea, y a quienquiera que es Su voluntad, lo torna pobre. Luego El puede disponer que el rico se haga pobre, y que el pobre enriquezca. Unos disfrutan en sus riquezas y otros sufren en su pobreza. Muchos se vuelven vanidosos en sus riquezas, algunos se tornan vacilantes y reclaman injusta su pobreza. Nosotros lo ignoramos, pero solamente El sabe qué es lo bueno para nosotros. Uno ha de considerar que la pobreza y las riquezas, así como otros aspectos de nuestras vidas no son sino una prueba de toque, que indica nuestro grado de pureza. Uno ve en algunos fidelidad, confianza, y sumisión, en otros, objeciones y rebelión.
Esta vida es un terreno de pruebas. Cada uno de nosotros viene aquí para mostrar su verdadero valer. Nuestra cuenta bancaria no mide quienes somos ni qué somos. Hay riquezas más grandes que todas las fortunas de este mundo; las últimas pueden ser gastadas, perdidas, arrebatadas por otros, y serán ciertamente dejadas atrás cuando nos encontremos con nuestro Señor. Pero las verdaderas riquezas son el conocimiento y la fé, los que no disminuyen al gastarlos, ni se devalúan con el paso del tiempo. Ellos son nuestros compañeros en el sepulcro y en el Más Allá. El propósito de nuestras vidas es pasar este examen.
Allah prueba a algunos con las riquezas y a otros con la pobreza. Lo importante es la sumisión a la voluntad de Allah. Las riquezas de este mundo tientan a uno a rebelarse y a ser arrogante. La pobreza lo empuja a uno a dudar y a quejarse. Es arduo para el rico ser humilde, mientras que el pobre lo es. Es difícil para el pobre la aceptación y el ser generoso, pero le es accesible ser devoto.
El Profeta (Que la Paz y las Bendiciones de Allah sean con él), dijo, "Mi pobreza es mi orgullo". La prueba no es una simple examen.
No es suficiente que el rico sea humilde para pasarla, ni que el pobre confíe en Allah y acepte su condición. El rico ha de saber ser agradecido y considerar que sus riquezas no le son propias, mostrando su gratitud mediante su generosidad. Los pobres han de trabajar duro para mejorar su situación, y no obstante sus esfuerzos, admitir su penuria. Este es el verdadero significado de la confianza en Allah, quien dice, "Yo no cambiaré‚ la suerte de quienes no la modifican ellos mismos."
Los pobres que aceptan su condición, que están contentos con lo que poseen, que no son envidiosos, son ricos. Los ricos que son míseros, ambiciosos, que desean más, son pobres. El paciente está destinado al Paraíso, e igualmente el rico agradecido y generoso.
En cierta oportunidad un devoto puro preguntó a un hombre con conocimiento cuál debía ser la actitud de aquél a quien Allah hubiera conferido riquezas y la de uno al que Allah le hubiese dado la pobreza. El sabio dijo que el rico debía mostrar su agradecimiento y que el pobre debería ser paciente. El creyente puro replicó que los perros en su aldea se comportaban de esa forma! El sabio, molesto, le preguntó entonces, qué pensaba él que habrían de hacer. El creyente puro contestó, "El pobre debe ser agradecido, y el rico debe donar todas sus riquezas."
" 'Abd al-Mughni" es el servidor de Allah que ha sido hecho totalmente rico, tanto materialmente como espiritualmente, de modo que se convierte en un instrumento de la satisfacción de las necesidades de los indigentes. El también se proyecta como un ejemplo para que otras gentes ricas hagan lo mismo. El se transforma en un medio de distribuír las riquezas de este mundo y del Más Allá , para los elegidos de Allah.
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