Allah es el Oculto.
Su existencia es a la vez manifiesta y oculta. El es aparente porque los signos de Su existencia son visibles aún para los ciegos, pero Su esencia se esconde a nosotros. Si hay una obra de arte, debe ciertamente haber un artista que la ha creado. Si hay una Creación, hay, con certeza, un Creador. Si usted existe, El existe. Sin embargo no es posible para la criatura, el conocer verdaderamente al Creador, porque el conocimiento, la mente, la comprensión del que es creado, son limitados. Por consiguiente estas herramientas abarcan solamente un área limitada. Allah El Más Elevado es eterno, infinito, sin un comienzo ni un fin, inextinguible en Su conocimiento y poder. Esperar que una existencia temporal y limitada abarque un concepto eterno e infinito, es absurdo. ¨Acaso puede caber un océano dentro de un balde? Y sin embargo, un balde lleno de agua del océano, aunque sea `el ' océano, es `del' océano. La manifestación de Sus atributos en Su creación es como ese balde de agua: no El, pero de El. Su escondida esencia es como el océano, cuyas profundidades y anchura son infinitos, inimaginables.
El conocer la esencia de algo, no importa cuán pequeño –descubrirlo en su totalidad, externamente e internamente, el penetrar en todos sus secretos- es prácticamente imposible. La ciencia en su avanzado estado de hoy en día, y en lo que nosotros imaginamos ser el día de mañana, siempre termina y siempre terminar en impotencia y respetuosa admiración. De todas las cosas en la creación, lo más cercano nuestro somos nosotros mismos. ¨Acaso el hombre ha sido capaz de comprenderse a sí mismo?
Ese es el motivo por el cual el Mensajero de Allah (Que la Paz y las Bendiciones de Allah estén con él) nos ordenó el contemplar a Allah en Sus atributos y nos prohibió que pensáramos más allá de ello.
Solamente Allah conoce Su propia esencia; nosotros no tenemos poder para concebirla. Aquellos que empujaron sus mentes para ir más allá, o bien perdieron su razón o cayeron en los abismos del descreimiento, la falta de fe y el atribuír iguales a Allah.
" 'Abd al-Batin" es el buen servidor sobre quien Allah ha conferido el conocimiento de su propio corazón, cuyo ser interior se encuentra purificado, cuya espiritualidad sobrepasa su ser material, para quien el velo se parte, los secretos se hacen manifiestos, y el futuro conocido. El se convierte en un instrumento que invita a los hombres a limpiar su mundo interno con la divina luz, y a llegar a la perfección espiritual. Allah, el Oculto, manifestó Su atributo de `al-Batin' en el profeta Adan (Quiera Allah bendecirle), y le enseñó no sólo la manifestación de Sus atributos sino también su significado. Hasta Adán (Quiera Allah bendecirle), aún los ángeles conocían a Allah solo a través de la manifestación de Sus atributos. Esta es la diferencia en el grado de perfección de la fe entre Adán (Quiera Allah bendecirle) y los ángeles. Es es el motivo por el cual Allah ordenó a los ángeles que se prosternasen delante de Adán (Quiera Allah bendecirle), y esa es la razón por la que Adán (Quiera Allah bendecirle) se convirtió en el maestro de los ángeles.
Su existencia es a la vez manifiesta y oculta. El es aparente porque los signos de Su existencia son visibles aún para los ciegos, pero Su esencia se esconde a nosotros. Si hay una obra de arte, debe ciertamente haber un artista que la ha creado. Si hay una Creación, hay, con certeza, un Creador. Si usted existe, El existe. Sin embargo no es posible para la criatura, el conocer verdaderamente al Creador, porque el conocimiento, la mente, la comprensión del que es creado, son limitados. Por consiguiente estas herramientas abarcan solamente un área limitada. Allah El Más Elevado es eterno, infinito, sin un comienzo ni un fin, inextinguible en Su conocimiento y poder. Esperar que una existencia temporal y limitada abarque un concepto eterno e infinito, es absurdo. ¨Acaso puede caber un océano dentro de un balde? Y sin embargo, un balde lleno de agua del océano, aunque sea `el ' océano, es `del' océano. La manifestación de Sus atributos en Su creación es como ese balde de agua: no El, pero de El. Su escondida esencia es como el océano, cuyas profundidades y anchura son infinitos, inimaginables.
El conocer la esencia de algo, no importa cuán pequeño –descubrirlo en su totalidad, externamente e internamente, el penetrar en todos sus secretos- es prácticamente imposible. La ciencia en su avanzado estado de hoy en día, y en lo que nosotros imaginamos ser el día de mañana, siempre termina y siempre terminar en impotencia y respetuosa admiración. De todas las cosas en la creación, lo más cercano nuestro somos nosotros mismos. ¨Acaso el hombre ha sido capaz de comprenderse a sí mismo?
Ese es el motivo por el cual el Mensajero de Allah (Que la Paz y las Bendiciones de Allah estén con él) nos ordenó el contemplar a Allah en Sus atributos y nos prohibió que pensáramos más allá de ello.
Solamente Allah conoce Su propia esencia; nosotros no tenemos poder para concebirla. Aquellos que empujaron sus mentes para ir más allá, o bien perdieron su razón o cayeron en los abismos del descreimiento, la falta de fe y el atribuír iguales a Allah.
" 'Abd al-Batin" es el buen servidor sobre quien Allah ha conferido el conocimiento de su propio corazón, cuyo ser interior se encuentra purificado, cuya espiritualidad sobrepasa su ser material, para quien el velo se parte, los secretos se hacen manifiestos, y el futuro conocido. El se convierte en un instrumento que invita a los hombres a limpiar su mundo interno con la divina luz, y a llegar a la perfección espiritual. Allah, el Oculto, manifestó Su atributo de `al-Batin' en el profeta Adan (Quiera Allah bendecirle), y le enseñó no sólo la manifestación de Sus atributos sino también su significado. Hasta Adán (Quiera Allah bendecirle), aún los ángeles conocían a Allah solo a través de la manifestación de Sus atributos. Esta es la diferencia en el grado de perfección de la fe entre Adán (Quiera Allah bendecirle) y los ángeles. Es es el motivo por el cual Allah ordenó a los ángeles que se prosternasen delante de Adán (Quiera Allah bendecirle), y esa es la razón por la que Adán (Quiera Allah bendecirle) se convirtió en el maestro de los ángeles.
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