El es la justicia absoluta. La justicia es lo opuesto de la tiranía.
La tiranía causa dolor, destrucción y perturbación. La justicia asegura la paz, el equilibrio, el orden y la armonía. Allah el Justo es el enemigo de los tiranos; El odia a aquellos que sostienen a los tiranos, y a sus amigos, simpatizantes y partidarios. Dentro del Islam, la tiranía en cualquier forma o manera es ilícita. Ser justo es un honor y una distinción apropiadas para un Musulmán.
Los opuestos que denominamos justicia y tiranía poseen amplias implicancias, más importantes aún que sus simples consecuencias morales y sociales. Son similares a la armonía contra la desarmonía, el orden contra el caos, lo correcto en contra del error. Si en una expresión de su generosidad alguien diera dinero a los ricos, espadas a los eruditos y libros a los soldados, sería considerado en determinado nivel, un tirano - ya que las espadas corresponden a los soldados, los libros a los eruditos, y el dinero lo necesitan los pobres. Sin embargo si Allah hiciera lo mismo Su acto sería de justicia - porque El lo vé‚ todo, el antes y el después, lo interno y lo externo. El es el Todo-Sapiente, el Clemente, el Misericordioso, la Absoluta Justicia. El crea a algunos hermosos y a otros feos, a algunos fuertes y a otros débiles; luego El vuelve al hermoso, feo, y al fuerte, débil; al rico, pobre; al sabio, tonto; al sano, enfermo.
Todo es justo. Todo es exacto.
A algunos les parece injusto que haya baldados, ciegos, sordos, hambrientos, insanos, y que haya quienes mueren jóvenes.
Allah es el creador de lo hermoso y de lo feo, de lo bueno as¡ como de lo malo. En esto hay misterios de difícil comprensión. No obstante nosotros comprendemos que al menos uno necesita a menudo de conocer lo opuesto de una cosa, a fin de comprenderla. Quien no haya experimentado tristeza, no puede distinguir la felicidad. Si no hubiese fealdad, seríamos ciegos a la belleza. Ambos, lo bueno y lo malo son necesarios. Allah muestra uno con el otro, lo correcto contra lo erróneo, y nos hace ver las consecuencias de cada uno. El exhibe las recompensas contra los castigos; luego El nos deja en libertad de usar nuestro propio juicio. Cada uno, de acuerdo a su destino puede hallar salvación en el sufrimiento y en la enfermedad, o condenación en las riquezas. Allah sabe lo que es mejor para Su creación. Solamente Allah conoce nuestros destinos. La realización de los destinos es Su justicia.
Movidos por el respeto al hermoso nombre de Allah, `al-'Adl' nosotros debemos aprender a ejercitar `shukr', `tawakkul', y `rida`' - agradecimiento, confianza en Dios, y aceptación. Hemos de estar reconocidos por lo bueno, y aceptar, sin juicio personal ni queja, cualquier cosa que venga a nuestra vida, aunque en apariencia no sea beneficiosa. Al hacerlo así , quizás el misterio de la justicia de Allah le sea revelado, y usted será feliz con ambas, la alegría y el dolor que le lleguen desde el Amado.
" 'Abd al-'Adl " es el representante de Allah en la manifestación de Su justicia. La equidad divina no es igualdad como el hombre imagina que lo sea. Allah adjudica lo que corresponde, en la medida apropiada, a los que poseen el derecho.
La tiranía causa dolor, destrucción y perturbación. La justicia asegura la paz, el equilibrio, el orden y la armonía. Allah el Justo es el enemigo de los tiranos; El odia a aquellos que sostienen a los tiranos, y a sus amigos, simpatizantes y partidarios. Dentro del Islam, la tiranía en cualquier forma o manera es ilícita. Ser justo es un honor y una distinción apropiadas para un Musulmán.
Los opuestos que denominamos justicia y tiranía poseen amplias implicancias, más importantes aún que sus simples consecuencias morales y sociales. Son similares a la armonía contra la desarmonía, el orden contra el caos, lo correcto en contra del error. Si en una expresión de su generosidad alguien diera dinero a los ricos, espadas a los eruditos y libros a los soldados, sería considerado en determinado nivel, un tirano - ya que las espadas corresponden a los soldados, los libros a los eruditos, y el dinero lo necesitan los pobres. Sin embargo si Allah hiciera lo mismo Su acto sería de justicia - porque El lo vé‚ todo, el antes y el después, lo interno y lo externo. El es el Todo-Sapiente, el Clemente, el Misericordioso, la Absoluta Justicia. El crea a algunos hermosos y a otros feos, a algunos fuertes y a otros débiles; luego El vuelve al hermoso, feo, y al fuerte, débil; al rico, pobre; al sabio, tonto; al sano, enfermo.
Todo es justo. Todo es exacto.
A algunos les parece injusto que haya baldados, ciegos, sordos, hambrientos, insanos, y que haya quienes mueren jóvenes.
Allah es el creador de lo hermoso y de lo feo, de lo bueno as¡ como de lo malo. En esto hay misterios de difícil comprensión. No obstante nosotros comprendemos que al menos uno necesita a menudo de conocer lo opuesto de una cosa, a fin de comprenderla. Quien no haya experimentado tristeza, no puede distinguir la felicidad. Si no hubiese fealdad, seríamos ciegos a la belleza. Ambos, lo bueno y lo malo son necesarios. Allah muestra uno con el otro, lo correcto contra lo erróneo, y nos hace ver las consecuencias de cada uno. El exhibe las recompensas contra los castigos; luego El nos deja en libertad de usar nuestro propio juicio. Cada uno, de acuerdo a su destino puede hallar salvación en el sufrimiento y en la enfermedad, o condenación en las riquezas. Allah sabe lo que es mejor para Su creación. Solamente Allah conoce nuestros destinos. La realización de los destinos es Su justicia.
Movidos por el respeto al hermoso nombre de Allah, `al-'Adl' nosotros debemos aprender a ejercitar `shukr', `tawakkul', y `rida`' - agradecimiento, confianza en Dios, y aceptación. Hemos de estar reconocidos por lo bueno, y aceptar, sin juicio personal ni queja, cualquier cosa que venga a nuestra vida, aunque en apariencia no sea beneficiosa. Al hacerlo así , quizás el misterio de la justicia de Allah le sea revelado, y usted será feliz con ambas, la alegría y el dolor que le lleguen desde el Amado.
" 'Abd al-'Adl " es el representante de Allah en la manifestación de Su justicia. La equidad divina no es igualdad como el hombre imagina que lo sea. Allah adjudica lo que corresponde, en la medida apropiada, a los que poseen el derecho.
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